Creación de la "Casa Museo" de Buñuel en México.
Luis Buñuel tras establecerse en México, encarga la edificación de su casa, en la que vivirá hasta el final de sus días, al arquitecto español Arturo Sáenz de la Calzada, compañero de la Residencia de Estudiantes. El arquitecto, siguiendo las indicaciones de Buñuel, empleó el ladrillo en el diseño del edificio, utilizado en México como un elemento nostálgico, que constituye una muestra sumamente representativa de la arquitectura española en el exilio. Años más tarde, Buñuel le pedirá su colaboración para construir los dos capiteles en los que hace penitencia Simón del desierto y uno de los cuales se exhibe junto a la entrada de la Filmoteca de la UNAM.
Este edificio constituye un importante espacio en el que Buñuel recibió a muchos amigos republicanos y exiliados como él mismo, entre los que se encontraban José Ignacio Mantecón, Eduardo Ugarte, Pepe Moreno Villa, Gustavo Pitaluga o Rafael Sánchez Ventura, pero también fue lugar de encuentro con intelectuales de la talla de Octavio Paz, Carlos Fuentes o Gabriel García Márquez. Se trata de una casa llena de memorias.
Un edificio de esas características puede adecuarse para albergar una exposición permanente adaptada a los diferentes espacios de la casa, un proyecto museístico en el que los aspectos más importantes relacionados con la vida y la obra de Buñuel, pero también con su rico imaginario, cobren vida, permitiendo legar a las generaciones futuras la importante contribución al cine hispano-mexicano, tanto como a la cultura universal que constituye el conjunto de su obra, dentro de la cual, la llamada etapa mexicana, está siendo cada vez más valorada.
La proyección hacia el futuro del legado de Buñuel, precisamente desde la casa que él mismo mandó construir, constituye además el agradecido reconocimiento a México, el país que acogió a Buñuel y a su familia como a tantos otros exiliados españoles. No debemos olvidar que Buñuel no logró trabajar en Hollywood y que al abrirle las puertas de su industria cinematográfica, México le permitió a Buñuel volver a dirigir películas en las que alternó un cine, definido por él mismo como alimenticio, con algunas de sus obras más personales, como Los olvidados, El, Nazarín, El ángel exterminador o Simón del desierto. México es el país que le permitió a Buñuel convertirse en Buñuel, en el gran cineasta que todos admiramos.
Como afirma Jean Claude Carrière: "Nadie puede decir lo que va a suceder en la obra de ningún artista, pero creo que Buñuel está en todos los caminos, de novelistas, de cineastas, también de pintores,... es muy difícil evitar a Buñuel, como es muy difícil evitar a Goya. Son dos personajes de una estatura imponente."