Todo empezó en México, desde enero a mayo de 1959. Un año después, más o menos, a principios de 1960, se recibió en UNINCI un guión cinematográfico firmado por Julio Alejandro y Luis Buñuel titulado Viridiana
Ésa es la película que íbamos a hacer en el curso de ese año.
Para ello era condición "sine qua non" (por parte de Luis Buñuel) que la censura previa franquista no pusiese ningún reparo a ese texto. Así fue: la censura no puso ninguna objeción e hicimos que nos sellasen todas las páginas con su específico "nihil obstat".
En la primavera de 1961, la película ya estaba rodada y montada. Fue entonces cuando UNINCI tuvo que hacer una proyección del copión de trabajo de la película. Esa proyección se hacía para dos grupos diferentes: uno era la Junta de Censura y el otro UniEspaña, donde estaban agrupados y representados los Productores Cinematográficos Españoles
El objetivo de UNINCI con la Junta de Censura consistía en solicitar un consentimiento para poder sacar de España con destino a París el material necesario para realizar allí las mezclas de sonido y el tiraje de una copia "stándard". Para eludir cualquier problema nosotros quitamos de ese copión dos planos: 1) el plano de la navajita crucifijo y 2) el plano de Lola Gaos levantándose las faldas y "fotografiando" la "última cena" de los mendigos.
El objetivo de UNINCI y UniEspaña al hacer esa proyección también era obtener su visto bueno para que Viridiana concurriera oficialmente en representación del cine español en el inmediato Festival Internacional de Cannes (mayo de 1961).
La contestación de UniEspaña, es decir de los productores españoles, fue la siguiente: (Sic) "La película no reúne las suficientes calidades técnicas y artísticas para representar a España en el Festival de Cannes".
El entonces director del Festival, M. Fabre Le Bret, invitó oficialmente a Viridiana como representación española, y ganó la Palma de Oro, ex aequo con la película francesa Une si longue absence, de Henri Colpi.
Don José Muñoz Fontán cumplió con su deber y subió a recoger el premio. Veinticuatro horas después, en la frontera de Irún, un "motorista" le entregó su dimisión fulminante. ¿Qué había pasado? Pues sencillamente que "L'Osservatore Romano", la voz de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, había publicado al día siguiente de la proyección y del premio, una editorial que decía: (sic) "¿Cómo es posible que la católica España y la católica Polonia hayan presentado en el último Festival de Cannes dos películas tan blasfemas como Viridiana y Sor Juana de los Ángeles?"
La "guerra Viridiana" y la guerra contra UNINCI habían empezado. Adelanto que sólo tardamos 21 años en ganarlas.
Pero contar eso ya es otra historia.
Juan Antonio Bardem
Yo me llevé el negativo de Viridiana a Barcelona, y ahí lo metimos en un camión con toreros, uno se llama Pedret, escondido debajo de los capotes… y al llegar a la frontera la Guardia Civil nos dijo "Toreros, suerte" y todos íbamos sudando, los toreros también, por el miedo a que nos descubrieran.
Juan Luis Buñuel